Coordinación local fortalece respuesta a terremoto en Izmir, Turquía
Por Adım Adım Izmir y la Plataforma ante Desastres de Turquía
La fecha fue un viernes 30 de octubre de 2020. Cuando los relojes marcaron las 14:51, Izmir se estremeció con un terremoto de 6.9 en la escala de Richter. Durante las primeras horas, la prioridad de cada quien fue llegar a un destino seguro. La gente se apresuraba en sus carros y el tráfico se volvió una pesadilla mientras las primeras personas en responder trataban de llegar a los barrios afectados de la ciudad. Tan pronto como esto se transmitió, la gente apartó sus carros y cedió el paso a los equipos de búsqueda y rescate.
Las organizaciones de la sociedad civil de Izmir se conectaron inmediatamente entre sí y compartieron información sobre los barrios afectados. Acordaron movilizar a sus voluntarios y recursos para poder responder a las necesidades inmediatas de la población afectada.
Una de las iniciativas de la sociedad civil que asumió el liderazgo en la respuesta fue la filial de Izmir de Adım Adım, una iniciativa social basada en voluntarios en Turquía, a la que nuestro miembro Apoyo a la vida pertenece. La iniciativa se estableció en 2008 para introducir el concepto de la “carrera de beneficencia” en Turquía.
Los equipos de búsqueda y rescate dentro de la red de Adim Adim estaban en el terreno y proporcionaron a la comunidad de las ONG en Izmir información en tiempo real sobre el daño y las necesidades de la población afectada.
Durante los últimos 6 años, los voluntarios participantes se habían estado reuniendo cada miércoles en Fuar Kültürpark en el centro de la ciudad de Izmir para capacitaciones regulares. Debido a la sólida red que Adim Adim había desarrollado durante años con las ONG, con sus voluntarios y con la municipalidad, fue que pudieron movilizar a una fuerza de tarea para ayudar con las labores de socorro. Con la fuerza de tarea establecida, se centralizaron y compilaron los flujos de información, y se identificaron y asignaron las tareas para organizar mejor las labores de socorro.
A las 22:00 horas de esa noche, cientos de voluntarios estaban activamente involucrados en la operación de socorro. La meta era asegurar que nadie pasara esa primera noche sin techo, alimento o agua. Las necesidades se listaron y compartieron con una gran red de organizaciones de la sociedad civil, personas y empresas. A la medianoche, los voluntarios habían recogido productos básicos que fueron aportados desde los hogares de quienes deseaban donar para ayudar a aquellas personas en necesidad, y a la 01:00 a. m. se distribuyeron a las familias que los necesitaban. Los equipos en el terreno se dieron cuenta de que también había necesidad de apoyo psicológico. Unas 30 personas voluntarias proporcionaron apoyo psicológico mientras se distribuían los productos y artículos básicos.
La fuerza de tarea le pidió al primer grupo de voluntarios regresar a sus hogares a las seis de la mañana. La fuerza de tarea se reunió para ver cómo organizarse mejor en los días y semanas siguientes. Pese a ser una gran red, Adim Adim no tenía una base de datos de capacidades. Rápidamente elaboró un documento en Google Drive en el que cada miembro de la red listaba sus activos (vehículos, motocicletas y bicicletas) y también sus profesiones. Fue asombroso ver que había una amplia gama de expertos en la red que podía incluirse en los esfuerzos de ayuda según las necesidades.
Las personas voluntarias locales y las organizaciones se involucraron inmediatamente en el esfuerzo de socorro. Al día siguiente se les unieron colegas de la Plataforma ante Desastres, una red de ONG nacionales para la gestión de desastres que había llegado a Izmir para apoyar el esfuerzo. A través de sus miembros, la Plataforma ante Desastres organizó un espacio de trabajo conjunto en el centro de la ciudad de Izmir como sede de las ONG que participaban en la respuesta. La red de la sociedad civil disponible en Izmir se fortaleció con la inclusión de la Plataforma ante Desastres, sus miembros y sus muchos voluntarios de todo el país.
El siguiente día en la sede de las ONG, se hicieron planes para evaluar las necesidades, inventariar los productos básicos que iban llegando y organizar las distribuciones. Se finalizó un formulario de evaluación, se subió a la red y luego se compartió con voluntarios que se dispersarían en todo Izmir para llegar a las personas necesitadas. Un grupo de 30 voluntarios en bicicletas fue particularmente eficaz para evitar el tráfico y llegar rápidamente a las familias afectadas para conocer sus necesidades. En ocho horas, pudieron cubrir una gran zona.
Durante la primera semana, muchísimos productos básicos que el resto del país aportó para ayudar a quienes lo necesitaran fueron entregados en Izmir, a tal punto que cientos de voluntarios tuvieron que movilizarse. Docenas de voluntarios también hicieron un gran trabajo al desarrollar actividades de apoyo psicosocial con los niños, niñas y jóvenes en las tiendas de campaña. Cuando las familias afectadas se trasladaron de las tiendas a los hogares temporales que proporcionó la municipalidad, entonces la sociedad civil local movilizada por Adım Adım y la Plataforma ante Desastres proveyeron artículos del hogar y muebles de las donaciones de personas y empresas.
Las organizaciones de la sociedad civil basadas en Izmir se alegraron de poder movilizar rápidamente sus redes e iniciar el esfuerzo de socorro. Se sintieron más fuertes después de que se unieron con sus colegas de la Plataforma ante Desastres. Con su experiencia en socorro en situaciones de desastres, los miembros de la Plataforma ante Desastres consolidaron y guiaron a la sociedad civil local para que estuviera mejor coordinada. La intervención de la Plataforma ante Desastres permitió duplicar las sinergias, capacidades y efectividad de la respuesta al terremoto.
Para una plataforma que opera a nivel nacional, esta colaboración con la sociedad civil local tuvo un impacto sin precedentes. La velocidad con la que fueron identificadas las personas afectadas, se evaluaron las necesidades, se recibieron, clasificaron y almacenaron los productos y artículos básicos, se hicieron las distribuciones, y la facilidad con la que se accedió a las autoridades locales fue inigualable. Antes de que finalizara la primera semana, el mecanismo de apoyo de la sociedad civil estaba en pleno funcionamiento. La diversidad de las organizaciones de la sociedad civil, su foco y su experticia, en combinación con la energía y la capacidad incesantes de cientos de voluntarios, permitieron satisfacer las necesidades de todos los grupos vulnerables afectados por el terremoto en Izmir.
Esta sinergia creó un grupo incansable de organizaciones y voluntarios que trabajaron día y noche para asegurar que se entendieran bien las necesidades, que los productos y artículos básicos llegaran a la zona afectada, y que todas las personas afectadas recibieran los artículos que necesitaban. La experiencia de socorro de Izmir demostró que siempre y cuando la sociedad civil, tanto local como nacional, esté bien coordinada y se mantenga en estrecha comunicación entre sí, con las autoridades públicas y con el sector privado, se puede recaudar fondos importantes y se puede movilizar a muchos voluntarios para ayudar con el esfuerzo de socorro.